Entrevista
Mutur Beltz, la lana de Carranza y el oficio del pastoreo
Laurita Siles
El 2 de enero de 1911 comienza uno de los encuentros creativos más intensos del siglo XX. Aquel día, Vasili Kandinsky asiste en Múnich a un concierto de obras de Arnold Schoenberg, entre ellas, las Tres piezas para piano op. 11. Bajo el impacto de la velada, Kandinsky pinta su Impresión III (Concierto) y escribe a Schoenberg –a quien no conoce personalmente– una carta. En ella le confiesa que ha encontrado en su música lo que él buscaba en su pintura. Esta conferencia de Guillermo Solana, director artistico del Museo Nacional Thysen-Bornemisza, —que precede el concierto "Kandinsky y la trinidad musical", dentro del ciclo Música visual— desgrana la relación personal y artística entre estos dos autores fundamentales de la vanguardia y las consecuencias para sus poéticas creativas.